1. Establecer un ambiente seguro y de apoyo: Es importante crear un ambiente en el que el niño se sienta seguro y apoyado. Esto puede incluir hablar con el niño sobre sus sentimientos y preocupaciones, y proporcionarle un espacio seguro para expresarse, sin juzgarlo o reprocharlo, validando sus emociones.

2. Evaluar la gravedad del riesgo: Es importante evaluar la gravedad del riesgo de suicidio del niño o adolescente y determinar si necesita atención médica inmediata. Activar la ruta de atención en salud, es indispensable frente a casos de inminente riesgo.

3. Desarrollar habilidades de afrontamiento saludables, relacionadas con el control emocional a través de la respiración profunda, el ejercicio físico y la comunicación efectiva.

4. Fortalecer la autoestima: La autoestima es fundamental para el bienestar emocional de los niños y adolescentes. Es importante ayudar al niño a desarrollar una autoestima positiva a través de elogios, apoyo y oportunidades para éxito.

5. Trabajar con la familia: La familia juega un papel crucial en el bienestar emocional de los niños y adolescentes. El trabajo con las redes de apoyo, debe centrarse en el entrenamiento para la identificación oportuna de conductas de riesgo y la implementación de estrategias de apoyo, proporcionándoles recursos al niño o adolescente.

6. Buscar ayuda profesional: Es importante buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra infantil si el niño o adolescente manifiesta ideación o conductas auto lesivas, que puedan llevarlo al suicidio.

Generalmente este tipo de conductas suelen tener un buen pronóstico de mejoría y remisión, cuando se abordan a tiempo las situaciones emocionales relacionadas con la ideación y conducta suicida, por ello es indispensable la atención urgente, una vez se identifican señales de alerta.