Los índices de suicidio en adolescentes en Colombia son un tema de gran preocupación. Según datos del Instituto Nacional de Salud (INS), el suicidio es la tercera causa de muerte en adolescentes entre 15 y 19 años en el país.
Hay varias razones que pueden contribuir a este problema, como la presión académica, la falta de apoyo emocional, la violencia y el acoso escolar. Sin embargo, también hay estrategias que pueden ayudar a prevenir el suicidio en adolescentes.
Una de las principales estrategias es fomentar un ambiente de apoyo y comprensión en los hogares y las escuelas. Los padres y los educadores deben estar atentos a los signos de alerta, como: cambios de comportamiento, bajo rendimiento académico repentino, manifestación de sentimientos de tristeza y desesperanza, escaso interés en actividades que generalmente resultan llamativas para personas de su edad, aislamiento social y familiar. Cuando este tipo de señales se evidencian de forma frecuente, es indispensable brindar apoyo emocional y conectar a los niños y adolescentes con recursos profesionales, oportunamente.
Es importante promover la salud mental y el bienestar individual a través de actividades extracurriculares que fomenten la autoestima y la confianza, y acceso a servicios de apoyo psicológico, vinculándolos a actividades que fortalezcan su autoeficacia y proyecto de vida.
Otros factores de riesgo que pueden contribuir al suicidio en niños y adolescentes, son la violencia, el acoso escolar o en entornos digitales, lo cual lleva a materializar esta problemática como un tema sensible, que requiere ser abordado con profesionalismo. A continuación, se presentan algunas de las terapias psicológicas más efectivas para abordar la conducta suicida en niños y adolescentes:
1. Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Esta terapia se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos que pueden contribuir a la conducta suicida.
2. Terapia Dialectal Conductual (TDC): Esta terapia combina elementos de la TCC con técnicas de mindfulness y aceptación para ayudar a los niños y adolescentes a manejar emociones intensas y desarrollar habilidades de afrontamiento.
3. Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Esta terapia se centra en ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar habilidades de aceptación y compromiso con sus emociones y pensamientos, lo que puede ayudar a reducir la conducta suicida.
4. Terapia de Grupo: La terapia de grupo puede ser efectiva para proporcionar apoyo social y conectar a los niños y adolescentes con otros que han experimentado sentimientos similares.
5. Terapia Familiar: La terapia familiar puede ser efectiva para abordar los factores familiares que pueden contribuir a la conducta suicida y proporcionar apoyo a la familia para ayudar a prevenir futuros intentos de suicidio.
6. Terapia de Mindfulness: La terapia de mindfulness puede ser efectiva para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar habilidades de atención plena y reducir el estrés y la ansiedad que pueden contribuir a la conducta suicida.
Es importante recordar que cada niño y adolescente es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Por lo tanto, es importante trabajar con un profesional de la salud mental para determinar el mejor curso de tratamiento para cada individuo.
YEIMI KATERINE AHUMADA YEPES
Psicóloga experta en la Atención Clínica de Niños, Niñas y Adolescentes
Coordinadora Terapéutica de Mentaltec